viernes, 10 de julio de 2009

Día de la independencia.

Sin duda que los momentos que está atravesando nuestro país no son los mejores. Hacer memoria de nuestra independencia, puede resultar difícil... Pero en verdad, los argentinos ya estamos inmunizados contra cualquier crisis que nos quiera doblegar. Los años de experiencia que nos hundieron en depresiones económicas, desequilibrios sociales y dificultades políticas, nos han dado una agilidad de reflejos, capaces de enfrentar las más diversas contrariedades... Pero detrás de este dolor, la mano de Dios ha querido brindarnos algunos beneficios a lo largo de nuestra historia. Por ello, en la homilía del Tedeum, celebrado este 9 de julio en Tucumán, su obispo monseñor Villalba, nos ha querido dejar algunas ideas para construir nuestra Nación... Así no dice: “La difícil situación que estamos atravesando y que compromete a nuestro país nos pide a todos un suplemento de alma, un suplemento de espiritualidad".
Los complejos momentos que vivieron los patriotas en 1816, no lograron hacer decaer sus ánimos... Las guerras Napoleónicas habían culminado y el rey de España estaba dispuesto a poner orden en América, la Revolución había fracasado en Méjico y Venezuela, los patriotas Chilenos eran derrotados en Rancagua... Sólo Buenos Aires, parecía ser el único lugar de Latinoamérica, donde se vivía una relativa libertad...
A 193 años de aquél momento glorioso de nuestra patria, aun nos quedan muchas dependencias de las que no nos hemos liberado. Aun nos encontramos con miles de pobres y excluidos, que no tienen lo mínimo para subsistir. La falta de libertad se manifiesta en hombres sin techo, enfermos sin atención médica, niños abandonados, desocupados sin futuro o los ancianos sin cariño...

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