jueves, 22 de julio de 2010

Ezequiel visita Bodies

El espíritu del Señor se posó sobre mí y me condujo hacia el centro de una gran carpa. Sentado sobre la arena de la pista, sentí un extraño movimiento, que me hizo descender, hacia un lugar más profundo. Toda el área circular se movió de manera suave y persistente, llevándome hacia una especie de subsuelo, que imitaba todos los elementos de la carpa. Entonces, me encontré sentado en el medio de un espectáculo extraño. Un grupo de cientos de espectadores, se encontraban con sus miradas dirigidas hacia el centro de la escena. En sus caras no había gesto alguno y sus cuerpos permanecían inmóviles...
Me acerqué a los hombres, que se hallaban ubicados en la primera fila. Pude tocar los cuerpos de siete de ellos, que estaban parados con sus manos juntas, como si estuvieran aplaudiendo. Todos estaban desnudos e inmóviles, como si fueran una especie de cadáveres inertes. Sólo se veían sus músculos y sus huesos. Con cierto asombro, acaricié esos seres humanos semejantes a momias, que mostraban un estado de conservación perfecto. Sus músculos tenían la consistencia de la carne y sus huesos la rigidez del acero. Sus corazones no latían, pero el rojo de sus arterias y el azul de sus venas, les daban un aspecto vigoroso. Y en medio de ese mar de cadáveres, sentí una voz desgarrada.
* Texto completo.
* La muestra "Bodies" y el tráfico de cuerpos.

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