Imagine un país donde los derechos individuales son ultrajados. Donde ningún acto moral está claramente permitido o prohibido, puesto que la ley es un imperativo errático. Donde todo da lo mismo; sin una clara diferencia entre el vicio y la virtud. Un lugar donde los derechos son un accesorio ocasional, al servicio de quienes gobiernan y dependen del cristal con que se mire. Una región donde cualquier cosa puede ser verdad o mentira, según quien la manifieste... Donde cualquiera puede robar si lo hace a causa de su alimentación deficiente, su corta edad, su estado de enajenación o su cercanía a ciertas personas. Una sociedad en la que nadie quiere invertir, por temor al inestable marco legal y al despojo ideológico... * Texto completo.
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