Todo mentiroso es una especie de fugitivo.
Un individuo que no sólo huye de la verdad, sino también de sí mismo... La lentitud de sus contestaciones va construyendo una
argumentación, que intenta convencer al interlocutor. Pero los nervios van
desencajando su rostro y la lengua lo hace tartamudear, generando un suave
balbuceo. Un farsante nunca puede completar sus frases y suele dar un rodeo
intelectual, que no explica lo que intenta responder... Todos estos elementos, se observaron en la entrevista que nuestro
Ministro de Economía otorgara a la televisión griega. Y ante un inusitado
ataque de pánico, el joven Lorenzino, esperó el momento oportuno, para
orquestar su apresurada fuga...
* Texto completo.
* Texto completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario