La vida cotidiana está repleta de ruidos,
estrépitos y espectáculos, que pueden ocultar las realidades más profundas de
nuestra existencia. Hay demasiado alboroto y griterío en el mundo, que esconde
el sentido profundo de las cosas... La
pregunta que surge entonces es, ¿por qué marchamos en silencio?.. ¿Es que no tenemos nada que decir?.. La verdad es que no
sólo nos convoca el luto y el dolor por la muerte de un fiscal... Marchamos ante la injusticia de
miles de ignotos argentinos, que han padecido el mismo trágico destino. Sólo marchamos
en silencio, con el fin encontrar algo de justicia...
* Texto completo.
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