Ricardo el patriota.

Ricardo había nacido en la ciudad de Montfort, en una familia adinerada. Su abuelo, proveniente de Siria, logró amasar una gran fortuna vendiendo chocolates. Desde su castillo en lo alto de la colina, dominaba un extenso territorio. Comenzó ofreciendo sus delicias, en la iglesia del pueblo, frente a la plaza de la liberación. Con el tiempo, a fuerza de sacrificio, ahorro y trabajo, llegó a construir un imperio formidable... Con gran esfuerzo le enseñó a su hijo, que la austeridad y la moral son la base de una buena fortuna... Pero cuando su nieto Ricardo, tomó las riendas de la fábrica, las cosas cambiaron. Durante muchos años, había vivido soportando la austera vida que le impuso su padre. Pero en su interior sabía que el dinero ha nacido para gastarse. Por ello, el único ídolo a quien Ricardo de Montfort, destinaba todo su esfuerzo y le rendía pleitesía era la riqueza. Sólo se dejaba llevar por la lógica del lucro y el derroche. No tenía ninguna duda acerca de los beneficios que su patrimonio podía brindarle... Aunque a pesar de tener millones, también se lo consideraba un seductor. Su fastuoso castillo, había sido construido durante la época de las cruzadas, por el conde Marcel Tinelleaux. Pero los Montfort supieron embellecerlo con un lujo inigualable...

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