lunes, 8 de marzo de 2010

Locos por la carne.

Supermercados donde la gente se abalanza sobre los carros de carne. Góndolas con pocos cortes y precios por las nubes. Colas extensas a la espera de un importe salvador; para el asadito del domingo. Locura y frenesí, frente a las carnicerías que hacen sus ofertas. Llanto y depresión de la patrona, que debe cambiar su menú cotidiano. Salarios que no alcanzan, para el soñado lomo al horno. Bolsillos flacos y costos inaccesibles. Los sueños de nación ganadera, con la mejor carne del mundo, parecen entrar en colapso...
La carne se hace inaccesible, para el bolsillo de la clase media... Pero lo cierto es que con vanos discursos, no hay forma de ocultar la voraz demanda de carne que tenemos los argentinos. Es así, que el presidente de la “Sociedad Rural Argentina”, el señor Luis Biolcati, nos dice que hay toda una gama de tradicionales comidas, que parecen agonizar... Intentando castigar al productor, mostrándolo con un avaro especulador, se terminó castigando a toda la comunidad. Por ello, la auténtica razón del aumento de los precios de la carne está asociada a la escasez...

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