miércoles, 28 de julio de 2010

Solidaridad y arte naïf

Tratar de describir el fenómeno de esta transformación por el otro, que está surgiendo en el corazón de muchos individuos de nuestra sociedad, no parece una tarea sencilla. Intentar buscar algo de luz, que nos permita comprender el ferviente anhelo de muchos ciudadanos, que se comprometen por servir a su prójimo, parece una tarea de la que no somos dignos.
No es fácil, expresar con palabras, el inmenso poder de esta nueva ética, que se viene gestando en los actos de muchas humildes personas de nuestro mundo. Ellos no salen en los diarios ni pertenecen a la farándula. Viven sus vidas con la mirada colocada en los que sufren y sólo aspiran a lograr un mundo mejor. Sus acciones cotidianas nos llenan de esperanza y nos muestran que aún quedan utopías posibles... Muchas veces; el arte puede ayudarnos a describir aquellas cosas que la razón no alcanza a comprender. Las obras artísticas, suelen expresar con claridad, aquellos fenómenos complejos en donde la filosofía y la razón no alcanzan.
Por ello creo, que una de las maneras más concisas de explicar esta ética, puede ser a través de una sencilla pintura que cuelga sobre la pared de mi comedor. Tal vez, la mejor forma de describir esta explosión de esperanza, pueda darse a través de un pequeño cuadro naïf, por el cual tengo un gran aprecio.

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