
Más allá del dramático dolor que provoca la pérdida de una persona pública, elegida por la voluntad popular, la muerte del ex presidente Néstor Kirchner ha sido un sensacional evento mediático. Detrás de un grandioso espectáculo masivo y desprolijo, se observaron los habituales rituales de la necromancia peronista... Lágrimas fingidas, gritos simulados y grupos de impostores, aparecieron en este dramático momento... Por primera vez, se vio un gran número de ciudadanos, que no fueron movilizados por migajas o prebendas, sino por su afecto sincero. Con ellos se mezclaron las arengas desgarradas, las falsas lágrimas, la bronca contenida, los reclamos vengativos y los llamados a la victoria. Pero detrás de todo este espectáculo, se agitó un estilo de política que debería desaparecer. Una forma de conducción, basada en el rechazo y la rivalidad, que deberíamos desterrar... Si hubo alguien que dijo presente en el velorio, ese fue Carl Schmitt. En sus palabras... la diferenciación entre amigos y enemigos tiene el sentido de expresar el máximo grado de intensidad de un vínculo o de una separación, una asociación o una disociación...
La presencia de Schmitt... El desprecio al rival y al que piensa distinto, es un elemento fundamental de esta adaptación de la doctrina militar peronista. Con el enemigo no se negocia, no se pacta ni se buscan consensos, simplemente se lo destruye. Esta sencilla y antigua estrategia le permitió al difunto ex presidente, acumular un gran poder...
Los velorios con su cortejo, son un difícil momento en la vida de quienes lo padecen. Requieren de cierto recogimiento y respeto ante el dolor. Mofarse, exultar o festejar por la muerte de un opositor nos parece una grosera falta de respeto... Aunque también actuar de manear hipócrita, insultar, elaborar cánticos con un lenguaje fuera de lugar y abandonar el clima correspondiente a estas circunstancias, forman parte de un estilo de política que debemos desterrar. Fomentar un clima de confrontación en semejante momento, nos hace muy mal como Nación.
Quizá la única actitud razonable haya sido la que ejercieron los mandatarios de nuestros países vecinos... Así para el presidente Uruguay, nuestro país es el único lugar del mundo donde sus ciudadanos se sienten como en su propia tierra. Aquí pueden recalar sin sentirse extranjeros ni expatriados. Por ello se sintió motivado a mostrarle su gratitud a nuestro pueblo... * Texto completo.
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