Tal como acontece todos los años; el "Encuentro Nacional de mujeres", ha generado un caos en la ciudad donde se ha desarrollado. Paraná ha sido la elegida para promover la legalización del aborto, la revolución permanetne y el odio a la Iglesia católica. Semejante horror y locura, ha permanecido oculto para la mayoría de los medios, mientras el Estado parace ampararlo en nombre del progresismo y los falsos ideales femeninos. Todo se redujo a una serie de instrucciones técnicas para el asesintao de niños, la apologia del caos y la invitación al sacrilegio. La violencia y el odio que estas mujeres muestran, son un signo más de la sociedad en que vivimos. Son el emergente de una sociedad enferma, que prefiere dejar morir a su hijos. De una sociedad donde las autoridades también dejan morir a los adultos en las calles y la impunidad no tiene límite. La muerte pasa todos los días ante nuestros ojos y hasta pareciera que la estamos llamando. Esto nos habla de una sociedad que le quiere dar la espalda a Dios, pisoteando y violentando los pocos vestigios que nos quedan de Él. Nos muestra la soberbia del hombre llevada al extremo, en donde cada uno hace lo que quiere, donde el otro no importa y la vida de nuestro prójimo no sirve de nada. Es el culmen del egoísmo que anula a Dios y sus hermanos, en nombre de una supuesta libertad. Es la máxima expresion del autismo, donde ya no queda lugar para el dialogo. Mientras tanto, un pequeño resto, sólo puede gloriarse de sus debilidades, combatiendo de rodillas frente a Dios y de pie frente a los templos. Aunque el mal parezca vencer; ellos aún sueñan con formar parte de las milicias celestiales.
* Un testimonio sobre lo vivido en el encuentro nacional de mujeres en Paraná.
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