Todos somos iguales ante la ley y gozamos de los mismos derechos. Nuestra dignidad humana nos nivela, haciéndonos participar los beneficios que nos brinda la vida en comunidad. Pero para el diputado Juan Cabadié, ser hijo de desparecidos significa no ser tan “igual”, como el resto de los mortales. Faltar el respeto a una mujer, tratarla de estúpida, insultarla, hacerse el guapo y violar la ley, no son el privilegio de una pequeña elite, que ha nacido en cautiverio... * Texto completo.
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