
Pero en estos días, parece que un insecto ha permitido poner un límite a la soberbia potencia. El martes, irritado por el revoloteo incesante de una mosca durante una entrevista, el presidente Obama decidió hacer justicia por mano propia. Con una fuerte voz le dijo a la mosca: “Vete de aquí”... Entonces, esperó que se posara, alzó la mano y la aplastó. Luego, como si nada hubiese pasado, el presidente preguntó al periodista: “¿De qué estábamos hablando?”... Ante semejante atropello a la dignidad del pobre díptero, la organización de “Personas por un trato ético a los animales” (PETA), le envió un dispositivo que permite a los usuarios atrapar insectos voladores, para liberarlos después. “Estamos en favor de la compasión, incluso para los animales más fastidiosos, pequeños y antipáticos”, dijo Bruce Friedich, portavoz de PETA. “Creemos que la gente, cuando pueda ser compasiva, debe serlo con todos los animales”...
Es posible que este golpe mortal que ha padecido el pobre insecto, no sea más que un mensaje para los países pequeños... En nuestros pobres países subdesarrollados se ve por todos lados la difusión del mosquito del dengue, las ratas con peste bubónica o hantavirus y las vinchucas portadora del mal de Chagas. ¿Será que debemos respetar la dignidad de estas nobles plagas?
Mientras en nuestro país los mosquitos matan a los niños en la calle o en Bangladeh los tigres se devoran a los ciudadanos; en el país del Norte matar una mosca genera un escándalo de proporciones universales...
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