
La mayoría de los expertos, cree que las experiencias de un niño en su entorno familiar son cruciales, especialmente la forma en que sean satisfechas sus necesidades básicas o el modelo de educación que se siga. Estos dos aspectos pueden dejar una huella duradera en la personalidad...
Todo esto nos lleva a comprender que hay una especie de diamante en bruto, que Dios ha colocado en nosotros. Hay una enorme riqueza por desarrollar en nuestra esencia individual. Para los cristianos estas capacidades son denominadas talentos. Es decir, que cada uno ha recibido una especie de moneda de gran valor, que no debe ocultar, sino hacer rendir fruto... Cada uno debe producir al máximo según lo que ha recibido... Quien recibió más, está obligado a rendir más... Sería entonces importante, analizar cada uno de los aspectos de nuestra vida para preguntarnos: ¿Qué hemos hecho con nuestros talentos?...
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