miércoles, 1 de diciembre de 2010

Contracultura y luz del mundo

El mundo de hoy, parece moverse en torno a ciertos bienes que resultan atractivos. Millones de seres humanos, corren detrás de una variada gama de intereses, en los que esperan alcanzar su felicidad. Podemos buscar aumentar nuestras rentas, acrecentar nuestras propiedades, gozar en fiestas interminables o alcanzar una sublime fama. Cada uno corre detrás de un sueño, en el que espera hallar su bienestar. Hay una multiplicidad de estilos de vida, en los que la gente espera encontrar algo de satisfacción... Millonarios, vedettes, travestis y engendros de todo tipo, deambulan por doquier. Ellos son los nuevos paradigmas del bienestar, que los espectadores miramos como íconos inalcanzables. Con un orgullo desbordante, hacen gala de sus dotes y su estilo de vida, que se muestra como un ejemplo a seguir. Pero cuando su alma vacía queda al desnudo, la angustia y la desesperación, muestran su cara oculta. Cuando descubren que su fama es efímera y que pronto formarán parte de la masa desechada, sus seguridades comienzan a desmoronarse. Por ello, el Papa Benedicto XVI, en su entrevista titulada “Luz del mundo” nos dice: “Se ve que el hombre aspira a una alegría infinita, quisiera placer hasta el extremo, quisiera lo infinito. Pero donde no hay Dios, no se le concederá, no puede darse. Entonces, el hombre tiene que crear por sí mismo lo falso, el falso infinito”. Nos encontramos rodeados de paraísos ilusorios por todos lados. Pero las drogas, el alcohol, el dinero fácil o la impunidad ante la normas, no alcanzan a calmar ese deseo de infinito, que se oculta en las profundidades del alma humana... * Texto completo.

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