domingo, 10 de junio de 2012

Cacerolas

 En una fría noche de jueves, tome pacíficamente mi cacerola  y salí a golpearla por la Quinta de Olivos. Esta vez no me encontré con patotas, ni karatekas que vengan a pegarme. No me convocó la oligarquía vacuna, Cecilia Pando ni Magnetto. No vivo en Recoleta ni en Puerto Madero. No tengo un solo dólar como ahorro, consumo productos nacionales y gozo de los subsidios que generosamente me otorga el gobierno.    * Texto completo. 

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